Estornudos sexuales

jueves, 23 de abril de 2009


¡Quién lo diría, que los esturnudos pueden poner en evidencia un estado de excitación sexual! Seguro que conoces a alguien con alergia a algo, o tú mismo, y en ciertos meses del año tiene el suplicio de estornudar y tener la nariz como un pimiento por el pólen de una u otra planta. ¿Pero sabías que los esturnudos pueden provocarse también por estar excitado sexualmente?

En una publicación del pasado diciembre de 2008 (Journal of the Royal Society of Medicine, vol 101, p. 587), Mahmood Bhutta y Harold Maxwell describen como algunos de sus pacientes estornudan cuando tienen un orgasmo o incluso cuando únicamente tienen pensamientos de carácter sexual.

Pero estas observaciones, en realidad, no son nuevas. Ya en 1875 se creía que la relación entre el estornudo y la líbido se debía a que el óxido nitrico producido para dilatar los genitales podría llegar de algún modo a la nariz por el interior del cuerpo, provocando el estornudo.

Sin embargo esta difusión interna no parece que pueda producirse más rápido, y a día de hoy se piensa que lo más probable es que de algún modo complejo el cerebro se "confunda" con las señales que recibe, y entienda que la respuesta al orgasmo es un reflejo como el estornudo, o que algún nervio de la cara responda a ambos estímulos del mismo modo en algunas personas.

Los esturnudos, como vemos, no son algo exclusivo a asuntos de la nariz... también pueden producirse en un porcentaje muy alto de la población, por exposición a la luz. De cualquier modo, ¿no sonreirás la próxima vez que veas a una pareja y uno de ellos estornude sin previo aviso?

Mitos del estornudo

- "Al estornudar los ojos se pueden salir de sus cuencas": Mito, esto no puede pasar de ningún modo. Cerramos los ojos por reflejo, pero aunque los dejásemos abiertos no pasaría nada. El fluido que rodea los globos oculares absorbe la mayor parte del estornudo, y no pasa nada.

- "No hay que contener un esturnudo nunca". Parcialmente cierto. El mito dice que si se contiene un estornudo algunos capilares del cerebro pueden reventar. Eso no es cierto, pero lo que sí que ocurre es que el aire del estornudo, al no poder salir por la boca o la nariz irá por el oído, corriendo el riesgo de romper el tímpano.

- "Estornudar es algo inútil". Pues sí, más o menos, totalmente inútil. El estornudo es un reflejo que tiene como finalidad limpiar la nariz. Pero, ¿cómo estornuda la mayoría de la gente?. ¡Por la boca!

¿Son las nubes vapor de agua?

viernes, 17 de abril de 2009


No, las nubes son una mezcla de cristales sólidos y gotas de agua.

Cuando el agua se evapora en la superficie terrestre se eleva como gas con el aire cálido, que asciende por tener menor temperatura. Al llegar a una altura variable la presión ha disminuido, y para hacer cumplir la ley de los gases ideales, la temperatura desciende. Es en ese momento cuando el vapor se condensa formando gotas de agua y cristeles de hielo. Que la nube se forme a una altura u otra dará lugar a distintos tipos de nube, en base fundamentalmente a los cambios de temperatura, a la propoción de cristales y gotas, la presión, etc.

Las gotas quedan en suspensión en la atmósfera, formando las nubes. "¿Y por qué no se caen, si son gotas de agua y cristales?". Bueno, a veces sí caen: es la lluvia, la nieve y el granizo. Cuando no caen es porque las partículas sólidas o líquidas no tienen el tamaño suficiente. No vencen el rozamiento de la atmósfera y flotan. Como si fueran partículas de arcilla en un vaso de agua.

Sólo cuando el cambio de temperatura favorece que las gotas crezcan (por unirse unas con otras), entonces habrá precipitaciones.

La creencia popular de que las nubes son básicamente vapor de agua se ve alimentada año tras año por libros de primaria que repiten una y otra vez la misma leyenda, sin detenerse a revisar lo que han puesto. Un fenómeno similar ocurre con la creencia de que el agua no tiene color, como el lector habitual recordará.

Para saber más:

http://museodelaciencia.blogspot.com/2008/12/las-nubes-no-son-vapor-de-agua.html

Carros de fuego... y fantasía

miércoles, 15 de abril de 2009

Carros de fuego es una película dirigida por Hugh Hudson en 1981 con música de Vangelis. Cuando la vi de pequeño me fascinó tanto que comenzó a gustarme correr y el atletismo. De pronto ese deporte tan cansando que daban por el televisor ya no era tan aburrido. La película narra la historia personal de dos exitosos atletas británicos en los años 20 hasta llegar al cúlmen en las olimpiadas de París de 1924. Harold Abraham, un judío inglés, y Erik Liddell, escocés cristiano de férreas convicciones, se miden consigo mismos en una historia de sacrificios personales.

¡Y qué placer, correr por la playa de Gijón, emulando a aquellos aguerridos atletas ingleses tantas décadas antes de que yo descubriera el placer del agua del mar rodeando los tobillos a cada zancada!

Uno de los momentos más bonitos de la película es probablemente el instante en el que Harold Abraham, junto a su amigo Lord Birkenhead intentan batir una marca intacta desde hace más de 700 años: Dar una vuelta al Great Court del Trinity College al mediodía, antes de que suenen las 12 campanadas. El primero lo consigue y el segundo se queda sin lograrlo por los pelos. La alegría desborda a todos los asistentes a tan histórico momento.

En esto estaba yo convencido que la historia era cierta, y con tal convencimiento no hace mucho visité Cambridge.

El Great Court del Trinity College, para empezar, es bastante más grande de lo que se ve en la película. Puede que 350 m de perímetro. "Bueno, tal vez el récord se batiera en otro patio del College, que tiene varios...". Pregunté a un guardía, y con una risa me mostró un recorte de periódico plastificado que tienen pegado en una ventanuca para los preguntones...

Patio principal de Trinity College en Cambridge. Tanto que ver con la película como el tocino con la velocidad, nunca mejor dicho...

En resumen, Abrahams nunca batió ese récord. La carrera que él iba a hacer ni siquiera era la del Great Court del Trinity College, sino una mera afrenta con otro corredor, y la haría en el patio de Caius, otro college. Esa idea no era compartida por el decano, y les prohibió correr. Fin de la historia...

La historia sin embargo sí se basa en una tradición real: Es costumbre (cuando a alguien le apetece, claro), que durante los primeros días de cada curso los novatos estudiantes intenten correr el perímetro del nombrado patio con las campanadas del mediodía. Esas campanadas tienen de especial que son dobles, por tanto 24 y cada una necesita un segundo. Son por tanto 23 segundos, pues la primera campanada es la que da la salida.

Está claro que nadie ha pasado esa prueba: Necesitaría correr más de 300 metros en 23 segundos, y eso es totalmente imposible.

Volviendo a la película, la carrera ficticia se filmó en Eton, que ni siquiera está en Cambridge, sino en Windsor.

Patio que aparece en la película: Eton College en Windsor


La película además falla en muchos otros detalles, como que Liddell no descubre durante el viaje que tiene que correr de domingo, sino que lo conoce con varios meses de antelación, y el orden de las carreras está alterado.

Es sin embargo una película que en el campo de la estética, la fotografía y la composición musical y ha marcado huella. No en vano logró cuatro Oscar, destacando el de Mejor Película y Mejor Banda Sonora.

Intermedio

jueves, 2 de abril de 2009

Hace mucho tiempo que no publico ningún artículo en el blog y ya va siendo hora. En realidad tengo unos cuatro o cinco comenzados, mal evolucionados y sin acabar. No se puede estar a todo, y mi web sobre Polonia ( http://www.polonia-es.com y un nuevo blog sobre geología estructural (http://www.structuralgeology.org ) me están llevado más tiempo del que debieran. No será eternamente así y pronto podré publicar como antes aquí, al menos un artículo cada dos semanas. El mundo sigue lleno de ideas incorrectas y leyendas urbanas.

 

He recibido durante los escasos meses/años de vida de este blog varios correos que van desde lo pelota infumable hasta lo desagradablemente chabacano. Se me llama pedante, estúpido, lameculos, sociata, facha, hijodeputa (todo junto es un poco Revertiano, me gusta al menos que se me insulte con la solera de los tercios de Flandes). Es curioso que los anónimos que me envían por mi web sobre Polonia (http://www.polonia-es.com ) también incluyan en ocasiones las palabras sociatas y fascistas. Aunque la verdad, los palurdos que piensan que es buena idea insultarme por cualquier razón desde allí son bastante más burros y zoquetes. Hay quien incluso piensa que el gobierno de Polonia me paga una subvención.

 

Sin embargo, también se me escriben dando las gracias, y desde luego eso se aprecia. Como aprecio la infatigable visita al blog de amigos cibernéticos como Eddie o Bemolero. Me hace ilusión aprender cosas nuevas, gotas de conocimiento, y si puedo ayudar a alguien a que tenga la misma sensación, encantado.

 

Mucha gente me llama pedante por llevar este blog. Bueno, sólo lo hacen cuando es a través de anónimos, así que podría ser un mero desgraciado escribiendo muchas veces… Indudablemente uno es pedante cuando da su opinión a destiempo con el fin de impresionar a los demás en su ignorancia. Mi conclusión por tanto es que este blog no es pedante, ni yo lo soy (bueno, no aquí).  Yo no aporto las pocas cosas que se –no es falta modestia– a destiempo. Las aporto de forma atemporal. Si llegas al blog preguntándote si Colón quería demostrar que la Tierra es redonda, evidentemente mi artículo al respecto no está a destiempo, está que ni pintado en ese momento. Tampoco se obliga a nadie a entrar aquí, ni a leer los artículos que no le interesan.

 

En fin, que aquellas personas que se sientan disgustadas por la existencia de este blog, o por mi propia existencia en el planeta incluso, pueden ir extendiendo su sarna mental porque tienen para rato.

 

Saludos y gracias por venir.